La mayor parte de los desafíos para la seguridad de identidades están causados por la variedad de sistemas cuyo acceso y permisos debemos controlar, la complejidad de gestionar soluciones y plataformas dispares y el cambio en los usuarios y las formas de acceder a esos sistemas, que nunca dejan de cambiar.
Cada vez que se introduce un sistema, tenemos que afrontar la decisión de cómo asegurar su acceso. ¿Lo enfocamos como un sistema independiente o como parte de un conjunto unificado que incluye todos los activos y sistemas críticos?
Los sistemas IGA modernos aumentan la seguridad, ahorran dinero, permiten la diferenciación y automatizan los procesos manuales.